Como son y como funcionan las cajas negras

Lamentablemente en los últimos días hemos oído hablar demasiado de ellas, unos dispositivos que acompañan siempre a todos los aviones por pares y que registran todo lo que ocurre en un avión durante su vuelo. Estás cajas están especialmente diseñadas para soportar todo tipo de inclemencias para poder después de un desastre saber que ha ocurrido.

Lo primero que debemos saber es que no son negras, normalmente se pintan de naranja, color que permite rápidamente localizar el objeto en caso de siniestro. Hay varias versiones de por que se llama caja negra, la más aceptada es por que solo nos acordamos de ellas en un «día negro» en el que ha ocurrido una tragedia generalmente aérea.

Este es el segundo punto, aunque pueda parecer que solo la llevan los aviones, las cajas negras están presentes en casi todos los medios de transporte público de gran tamaño como trenes o transatlánticos. En el accidente que ocurrió el año pasado en Santiago, fueron utilizadas para determinar las causas del porque se produjo el siniestro, aunque lo cierto es que un tren está controlado por otros factores desde un  centro de datos que hace que las cajas negras no sean necesarias.

En concreto nos encontramos dos, una que graba las comunicaciones con la torre de control y las voces de la cabina además del sonido ambiente, que puede llegar a determinar por ejemplo si ha sido un secuestro  o no, y otra que registra los datos de vuelo, tales como la presión de la cabina, altitud, velocidad y una infinidad de parámetros más que ayuden a entender por que ha ocurrido el accidente.

Las cajas negras básicamente funcionan como la memoria interna de cualquier smartphone, tienen una memoria flash que guara la información durante un tiempo determinado, y vuelve a sobre-escribirla cuando pasa a ser innecesaria, generalmente registran unas horas, esa información se va actualizando para tenerla presente en caso de que ocurra la tragedia.

Cuentan además con un sistema de localización que aguanta gracias a su propia auto alimentación hasta 30 días, y que emite unas señales que pueden ser detectadas para poder localizarlas con rapidez, algo que parece no ha funcionado muy bien últimamente.

Estás cajas se someten a una serie de pruebas que demuestran su robustez, por ejemplo son capaces de soportar 1100 grados de temperatura, temperatura que se podría alcanzar si se produjera un incendio en la aeronave después del accidente. También se les hace pruebas de presión, inmersión, impacto o penetración, dejando pocas posibilidades a que las pruebas queden destruidas.

Dicho esto esperamos que sepáis un poco más de estos dispositivos, que son prácticamente indestructibles a no ser que la mano del hombre las manipule, por lo que lo más complicado puede ser encontrarlas aunque también pensamos que si no se encuentran es seguramente porque alguien no quiere que se encuentren.