Las compañías discográficas suben el volumen año tras año para destacar sobre sus competidoras, a base de sacrificar el rango dinámico y por lo tanto la calidad de la audición, esta es la guerra del volumen.
¿Cuantas veces habréis oído está frase de que «La música antes sonaba mejor»?, una frase destinada a los cada vez más extendidos audiófilos y que como veréis a continuación en esté artículo tienen mucha razón en esta afirmación, y parece que cada vez la calidad de la música irá a peor a lo largo del tiempo según avancen los años.
La música es una de las industrias más extendidas a nivel mundial y una de las que más dinero mueven. Es por eso que las compañías discográficas tienen que realizar sus campañas para conseguir beneficios al coste que sea necesario, es aquí donde vamos a introducir el concepto «Loudness War» o «Guerra del volumen».
Está guerra del volumen comenzó hace ya varios años con la llegada del formato digital, pero antes de entrar en detalles técnicos, vamos a comentar en un lenguaje claro y lo vamos a comparar con un ejemplo que yo acabo de poner en práctica y que es claro y se repite cada vez que los anuncios publicitarios interrumpen lo que estamos viendo.
El claro ejemplo de la publicidad
¿Cuántas veces habéis bajado el volumen cuando empiezan los anuncios mientras veis vuestra serie favorita?, ¿Muchas no?, las compañías de publicidad utilizan está técnica de subir el volumen para llamar la atención al sonar más fuerte que el programa que estamos viendo, entre un anuncio y otro también existen diferentes volúmenes según lo que el anunciante quiera conseguir, pues esto es básicamente lo que ocurre con la discográfica año tras año.
Las compañías discográficas suben el volumen paulatinamente año tras año, con esto intentan destacar sobre la competencia cuando su canción suene en la radio. De esta forma se intenta llamar la atención del usuario con un sonido más fuerte.
Esto es fácilmente comprobable reproduciendo dos cd´s de una misma discográfica editados con unos años de diferencia, os puedo decir que es brutal y por supuesto también pienso que será en función de lo que reproduzcáis, hacer la prueba con 2 discos compactos con varios años de diferencia sin variar el volumen de vuestro reproductor, esto os dará una visión clara de La guerra del volumen o Loudness War.
El Cero Digital
Vamos ahora con los conceptos más técnicos del asunto. El primero es el cero digital, que los expertos califican como el tope de volumen de fábrica por debajo del cual el audio no distorsiona. En los años noventa se alcanzó este máximo por encima del cual la música deja de sonar con nitidez.
El Rango dinámico
El rango dinámico es la diferencia en decibelios entre el punto más grave y el punto más agudo dentro de una canción. Este rango dinámico permite que la música se llene de matices dentro de una misma pista de audio y siempre debe moverse dentro del Cero digital para no distorsionar cuando se reproduzca.
La guerra del volumen ataca directamente al rango dinámico
Es aquí donde las compañías hacen su batalla particular de la guerra del volumen. Subiendo el volumen de los agudos y recortándolos los picos que quedan fuera del cero digital, consiguen que una misma canción suene más fuerte al coste de sacrificar esa serie de matices que permiten disfrutar mucho más de una misma canción y en definitiva sacrificando el rango dinámico.
Ahora vamos con algún ejemplo, el que más me llamo la atención es un ejemplo del popular grupo de rock y que todos conoceréis Metallica. La canción The day that nerver comes del albúm Death Magnetic del grupo apareció como es obvio en un CD del grupo, pero también lo hizo en el popular juego para consolas Gitar Hero 3, la imagen de abajo representa la diferencia brutal entre una pista y otra, juzgar por vosotros mismos con solo un vistazo.
La imagen no deja lugar a dudas, vamos a poneros ahora el ejemplo en un vídeo de los cientos que hay en YouTube y que lo encontraréis haciendo una búsqueda rápida, en este caso seguimos con el ejemplo de Death Magnetic de Metallica.
Cuesta trabajo, pero si agudizáis el oído y os ponéis unos cascos con cierta calidad o unos buenos altavoces la diferencia es brutal, no soy audiófilos (todavía) y lo he notado con bastante claridad, viendo esto empiezo a comprender más a estos amantes de la música.
Hay muchos ejemplos, para consolidar lo que decimos en está imagen de abajo podéis ver como ha ido variando a lo largo del tiempo el rango dinámico de una discográfica cualquiera, no hace falta centrarse en una en concreto ya que parecen ser varios los ejemplos.
En definitiva y como os hemos dicho antes comenzamos a entender a esa nueva «tribu» de los audiófilos que cada vez gana más adeptos. Si te gusta la música a estos niveles es fácil plantearse el por que de algunas inversiones en equipos de audio por parte de estos usuarios.
Fuente | Sound-Pixel, Gracias a Sound-pixel por facilitarnos las imágenes y gráficos de este artículo.
